En una sociedad donde lo digital se ha vuelto la normalidad y donde se dan situaciones como las ilustradas en los clips, ¿Cuáles son las principales barreras burocráticas, tecnológicas y culturales con las que se encuentran los personajes?, ¿Qué estrategias podrían utilizar para acceder a una ciudadanía digital plena personas como las que aparecen en los clips?
En los clips visualizados puede observarse cómo afecta la brecha digital en dos situaciones diferentes pero muy cotidianas.
Por un lado, la barrera generacional que hace que los nativos digitales dominen las TIC y, por otro lado, personas mayores que deben hacer un gran esfuerzo para familiarizarse con ellas y, en ocasiones, sin llegar a un resultado positivo. Para estas personas mayores el mundo sigue siendo analógico y la creciente digitalización supone una auténtica lucha por superar enormes piedras en el camino. Incluso cuando han conseguido sortearlas o solventarlas, vuelven a encontrarse con otras nuevas, puesto que los avances tecnológicos tienen un mayor avance de lo que para ellos es asimilable en ese tiempo.
Además, en el clip se ve cómo una vez que consigue cumplimentar el cuestionario aparece una nueva barrera como es el tiempo. este tipo de hándicaps hace que las personas mayores se resistan a usar las nuevas tecnologías, pero no es el único motivo; otros pueden ser la falta de confianza, el miedo a cometer un error, la falta de ayuda u otras dificultades como los modos de representación (tamaño o tipo de letra, formato, comprensión en la redacción de las peticiones, etc.).
La mayoría de nuevas generaciones están hiperconectadas, rol contrariamente opuesto al de las generaciones anteriores, más aún cuanto más se difiera en edad.
Para corregir estas casuísticas veo necesaria la implantación e implementación de de programas y proyectos que las Administraciones Públicas pusieran en marcha dotando de los medios y recursos personales necesarios para su ejecución. Por ejemplo, el Proyecto Conect-As, al que estoy adscrita, supone la apertura al mundo digital para que determinados grupos poblacionales puedan aprender a relacionarse con la Administración electrónica en trámites como la renovación del paro, las citas médicas, la declaración de la renta, la participación social con el ayuntamiento de referencia, etc. Este tipo de proyectos debería prospectarse hacia otros ámbitos como pueden ser las personas mayores, personas inmigrantes, etc., consiguiendo así su inclusión digital plena.
Debemos comprender que la tecnología no es solo para los jóvenes. La Comisión Europea, a principios del presente año estableció, en el marco de la Agenda 2030, una serie de principios a lograr, entre los que se encontraba el de la digitalización (ciudadanía digital). Si tenemos en cuenta las últimas previsiones del INE, que indican que en 2050 el 31,4% de la población en España tendrá más de 65 años y que el 11,6% tendrá más de 80 años, este tipo de acciones se hacen de vital importancia.
Actualmente se cuentan con unas pocas iniciativas de carácter público-privado y algunas aplicaciones móviles especialmente diseñadas para las personas mayores, pero que se reducen a aspectos concretos y de tipo más "asistencial", como puede ser el caso de Lumosity (para la memoria), Podómetro (para la actividad física) o Medisafe (para la toma de medicamentos).
A la hora de diseñar este tipo de programas, proyectos o aplicaciones deberían tenerse en cuenta las necesidades reales de estos grupos, como las necesidades de socialización, de comunicación con familiares y amigos, el entrenamiento mental, la independencia en la vida diaria, los trámites comunes, el ocio, etc.
Finalmente, además de las barreras tecnológicas, deberíamos hacer una reflexión crítica sobre la necesidad de invertir más recursos en trabajadores de perfil social (Pedagogía, Integración Social, Trabajo Social, Educación Social, Intervención Sociocomunitaria, Educación de calle, Mediación Social, Dinamización, etc.)que permita llevarlos a cabo con la empatía necesaria.