1. Una breve introducción y aspectos claves
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP o en su término anglosajón, Project Based Learning, PBL), es una metodología basada en “aprender haciendo”. De una forma muy resumida, se basa en plantear un proyecto o problema “real” a los estudiantes, de forma que se incentiven el trabajo autónomo, el trabajo en equipo, la creatividad, la resolución de problemas, la gestión y planificación de actividades y la comunicación oral y escrita, entre otras competencias propias de cada proyecto.
Todo ABP posee al menos cuatro etapas de desarrollo:
- El planteamiento del proyecto. En esta etapa se define el alcance del proyecto, las principales actividades, los requisitos que han de cumplirse y las fechas clave del desarrollo. Por otro lado, se plantean una serie de preguntas tractoras para los estudiantes que deben resolver paulatinamente mediante el desarrollo del proyecto y la organización del mismo (grupos, número de integrantes, etc.).
- Planteamiento de actividades y búsqueda de herramientas. Los estudiantes deben plantear una serie de actividades para conseguir su objetivo. En esta fase, se proporciona a los estudiantes posibles alternativas de organización, herramientas, referencias teórico-prácticas y pequeños ejemplos a modo de apoyo. Estas ayudas suelen tener una duración limitada en el tiempo y se van eliminando conforme los estudiantes avanzan en el desarrollo del proyecto.
- Etapa de desarrollo, enfrentamiento a problemas y resolución. Esta etapa se identifica con el grueso del desarrollo del proyecto. Los estudiantes deben contestar a las preguntas tractoras y plantearse cuestiones propias. Por otro lado, deben enfrentarse los problemas propios derivados del proyecto, siendo capaces de plantear soluciones originales a los mismos. Es muy habitual regresar a la etapa 2 y replantear actividades o nuevas herramientas, conforme el proyecto avanza. Por lo tanto, las etapas 2 y 3 son iterativas.
- Presentación de los resultados. Todo ABP culmina con una presentación pública de los resultados alcanzados por cada estudiante. Esta presentación suele realizarse, normalmente, mediante una comunicación oral, aunque puede complementarse con memorias, informes u otro tipo de textos escritos. En esta etapa, los estudiantes deben enfatizar los problemas encontrados y las soluciones que han planteado, así como dar respuesta los principales requisitos y preguntas tractoras de la etapa 1. Además de esto, los estudiantes deben realizar una autoevaluación de lo aprendido, qué aspectos han resultado claves en su desarrollo, cuáles cambiarían y cuáles han sido más costosos.
Además de estas etapas, la metodología ABP posee una serie de aspectos claves:
- La selección del proyecto es un aspecto crítico y, quizás, uno de los más complejos. Todo proyecto debe fomentar al menos 7 puntos: debe ser un reto alcanzable (es decir, complejo, pero realizable); debe fomentar la búsqueda constante de información; tiene que ser auténtico, enfatizando las soluciones originales; los alumnos deben poder tener “voz” en el proyecto y personalizarlo mediante elecciones propias (es decir, deben tener libertad de movimiento); debe fomentar la crítica personal y la revisión; debe culminar con un producto, entendiendo por tal un objetivo concreto y final, que debe presentarse públicamente.
- Una planificación docente acorde a las etapas anteriormente descritas y que permita una supervisión periódica.
- Una rúbrica mediante la que el docente puede evaluar de manera sistemática los avances logrados en el proyecto. Esta rúbrica debe ser la base para proporcionar una realimentación a los estudiantes de sus aciertos y fallos y que fomente su reflexión.
- La metodología ABP normalmente se apoya en otras para complementar los objetivos docentes de cada curso/asignatura, especialmente aquellas competencias personales o individuales.
- Dentro de un proyecto colectivo, se deben incentivar tareas personales, de forma que se involucren a todos los miembros de un equipo.